domingo, 28 de agosto de 2011

Lejos de la sabiduria.

Hoy desperté pensando en que realmente no se hace uno mas sabio con la edad, al menos no es mi caso. A mi me ocurre todo lo contrario, soy una adulta y no confesare mi edad esta ocasión, pero ahora tengo mas dudas de las que tenia hace diez años.
Ayer rodeada de gente con la música a todo volumen y pensando en aventar los zapatos, comprendi lo confundida que me siento con respecto a las relaciones de pareja, llevo algún tiempo sola, huí como un animal herido a una cueva a lamer cada una de esas rapaduras que le hice a mi corazón, me convertí en como lo llamo una "ermitaña del amor", y parece que me acostumbre a ese estado, a pesar de que en momentos deseo esas salidas tomada de la mano de alguien, los arrumacos y cursilerías, la realidad es que me la paso evitando y boicoteando que eso suceda.
No me entiendo, en momentos deseo una pareja y al mismo tiempo prefiero estar sola; y me siento como una niña en su primer día de clases que no sabe que banca escoger.
Y me deprime esa sensacion de querer y no querer, de buscar esos imposibles, aquellas personas con las que se no se convertirá en algo de tu y yo, son mis favoritas; mas sin embargo si le suspiro a recibir un mensaje donde te digan que hoy te veías maravillosa, que extrañan tus besos, etc, etc, etc...
A poco mas de un mes de cumplir otro año en esto que llamamos vida, se que la edad no es un factor que me este ayudando a sentirme mejor, o al menos no me ayuda a resolver mis dudas o sentirme menos confundida con mis sentimientos, y yo estaba segura que ya había lamido todas mis heridas y estas habían cicatrizado, pero al verme en esta soledad que quisiera fuera compartida, regresan mis dudas y quizá mis resentimientos, pero no quiero regresar a esa cueva, realmente quiero otros dedos entrelazados entre los mios ayudandome a salir de mi burbuja...o acaso ¿no quiero eso?

jueves, 18 de agosto de 2011

Una banca....

Ultimamente son pocos los momemtos en los que puedo sentirme tranquila, que no volteo a ver el celular, ni pienso en todas esas cosas que debo hacer, sin embargo esa mañana me encontré sentada en una banca de un parque, mojaba mi espalda la manguera que el jardinero amablemente dejo abierta, probablemente con la intención de desocupar el lugar, ni siquiera recuerdo lo que estaba platicando, solo se que comencé a sonreír.
Regrese a mi carro a conectarme con la realidad, y después de la tranquilidad que sentí, mi día se puso terrible, regresaron mis ganas de dejar todo, pensar que en realidad mis momentos felices se han vuelto tan efimeros, sigo con ese vació tan dentro de mi, quizás se me esta haciendo costumbre.
Quisiera todo fuera como esos minutos que pase sentada en esa banca de cemento, fue tan sencillo sonreirte.

sábado, 6 de agosto de 2011

Sabado



Si la pasión, si la locura no pasaran alguna vez por las almas...
Jacinto Benavente

Me quedo sola y me descubro con la mirada perdida en el techo de mi habitación, sin ganas de salir y al mismo tiempo sin ganas de quedarme.
Mis momentos felices se esfuman tan rápido como el humo del cigarrillo que tengo prendido en este momento, solo son pequeños instantes en que sonrío, en que disfruto de alguien y sin embargo siempre tengo que despedirme y caminar sola hasta mi automovil pensando en lo que no sera, en que soy compañía de un rato.
Juego con mi edad justificando mi falta de tantas cosas,  no soy aquella joven que vivía sin remordimientos ni pasado, ahora me atormentan mis decisiones, sigo perdida, sin encontrarme y evitando ser encontrada.
Cumplí lo que escribí hace algunas entradas, nuevamente toda mi energía y mis pensamientos lo ocupa mi trabajo, actitud que muchas veces me han reprochado y me ha alejado de la gente que quiero, pero es tan simple culpar a tu trabajo de no tener tiempo para otras cosas, es tan fácil ponerlo de barrera para no resultar herida. El hacer del trabajo mi vida, me evita enfrentar esa realidad de soledad y aislamiento donde decidí perderme.
Ese muro que construí alrededor de mis sentimientos, sigue sin ceder ni un solo ladrillo, creo que no importa los años que alguien pueda estar a mi lado, no llegaran a conocerme, y eso solo se convertirá en un cumulo de reproches por no ser la que esperan que sea.
Quisiera que alguien lograra quitar esa muralla, y en ocasiones presto las herramientas para tumbar los ladrillos, me doy vuelta y es solo para observar que no fui lo suficiente para que valiera la pena un poco mas de esfuerzo.
No me muestro vulnerable, no sabrás quien soy, no confieso mis temores ni mis anhelos, se decir un te quiero y también un te extraño, se escuchar y apoyar, pero no se hablar de mi.
Mis ladrillos son tan cambiantes, que paso de ser la mujer pasional a la mas fría, la que sabe sostener una platica inteligente a la que va a pedir apoyo para definir alguna palabra; la amorosa, la uraña, la simpática, la amargada...
Y quisiera manejar sin rumbo y quizá coincida con alguien que al escucharme se de cuenta de lo que me atormenta, que me mire a los ojos y me conozca sin tener que decirle quien soy, alguien que no pida explicaciones de mi pasado.